Si el alma va al cielo, ha de haber una conexión o vinculación entre la tumba (pirámide, mastaba) y las estrellas, mediante su situación respecto a éstas. Por ello tiene que estar orientada adecuadamente.
Si no hay calendario fiable, fijo, invariable, el único modo de fijar la fecha de una celebración es orientar el templo, ermita, santuario, respecto a lo más fácil: la salida o puesta del Sol e cierto día del año sobre el horizonte. De aquí que el santuario de cierto santo que se celebre en el solsticio, se halle orientado hacia el punto del Sol donde sale o se pone ese día.
Si la orientación es sobre una estrella, como dice el autor esto ocurre todas las noches, pues está girando el cielo diariamente; alguna otra circunstancia ha de haber, que hay que tomar con referencia a la Luna o el Sol. En el caso del "hogar de la Luna" en Sirio, es su coincidencia con la Luna Nueva; en otros casos será la coincidencia con la media noche respecto al Sol si es éste la referencia, pero así vagamente no se puede precisar.
Nótese lo fácil que es construir un "plano meridiano" con un par de plomadas alineadas, lo cual sin duda es conocimiento común entre los egipcios. En el momento en que esto ocurre, se sabe cuando, a media noche, por ejemplo (antimeridiano) pasa la estrella ese día por el visor de la misma (canal o conducto estelar de la pirámide).
En cualquier caso, si la pirámide estaba construida para gloria del faraón, tenía que estar orientada para el momento de su nacimiento, o de otro suceso durante su vida, pero no para su fallecimiento, ya que se construía durante su vida y reinado, y no lo hacían sus sucesores. Los cristianos pueden construir un santuario para cierto santo, y orientarlo. y erigirlo tras su muerte, pero no así los faraones, que es una glorificación de su reinado, y lo construyen ellos mismos. Así pues, la orientación de la pirámide o de sus elementos ha de hacerse sobre su momento de nacimiento o entronización, y no para otra. Esto significaría que ya se levantaba la carta astral de nacimiento en este tiempo (-2.600), y sería justamente "grabado / construido en piedra", imperecederamente.
"Los relieves que decoraban las paredes eran numerosos y de temas diversos: dioses en diferentes escenas; el nacimiento divino de Sahara, el faraón siendo adorado como un dios..."
Nótese así que los "santos" egipcios son los propios faraones, y no un individuo de la plebe, como sucede luego en el cristianismo. La veneración se hace por admiración del personaje, y hay una sutil diferencia con el "santo" cristiano, pese a que al faraón se le añade el aura de espiritualidad propia de ser el representante divino en la Tierra
Demetrio Santos