Textos Nacho Ares
Más Allá de la Ciencia nº 254
Con más de un año de retraso, las autoridades egipcias han hecho público el estudio genealógico del faraón Tutankamón, así como nuevos y sorprendentes datos sobre su muerte.
El análisis de ADN y el estudio exhaustivo que se realizó a su momia a través del escáner en enero de 2005 han confirmado las sospechas iniciales, que ahora tienen un respaldo científico. Sin embargo, al mismo tiempo, quedan abiertos muchos interrogantes y seguramente algunos de ellos se convertirán en el futuro en grandes enigmas de la historia de Egipto.
El ADN del faraón
Un estudio de ADN y de la tomografía axial computerizada (TAC) realizada a los restos de Tutankamón y a otras momias conocidas, posibles miembros de su familia más cercana, ha revelado sorprendentes evidencias sobre su linaje y las posibles causas que rodearon su enigmática muerte.
El análisis genético ha permitido encajar las piezas que formaban el puzzle del Faraón Niño con asombrosa rapidez, si bien es cierto que algunas de ellas todavía son un tanto imprecisas. Esta investigación fue llevada a cabo por varios científicos egipcios y un equipo de asesores internacional como parte del “Proyecto de la familia de Tutankamón”.
Los hallazgos han sido publicados por la revista Journal of the American Medical Association (Revista de la Asociación Médica Americana) en el número 7, volumen 303, editado el 17 de febrero del presente año.
Las principales conclusiones son que el padre de Tutankamón fue Amenofis IV, el faraón “herético” Akenatón, quien con toda seguridad es la momia hallada en la tumba KV55 del Valle de los Reyes.
Esta fue identificada durante décadas como el soberano Semenkare, sucesor de Akenatón, aunque algunos exámenes más recientes, como un análisis del ataúd en el que descansaba la momia en la única habitación de la tumba, apuntan que se trata del escurridizo Faraón Hereje.
Efectivamente, un grupo de investigadores alemanes descubrió que en la cubeta del ataúd había estado grabado el nombre de ese gobernante y que luego se arrancaron los textos en una clara señal de persecución post mórtem. El principal inconveniente de esta momia, que realmente no es más que un esqueleto, para convertirse en el padre de Tutankamón era la edad. Los estudios anatómico-forenses señalaban que a su muerte el individuo debía tener unos 20 años. Sin embargo, un análisis moderno a través de TAC ha señalado que el fallecido debía tener entre 45 y 50 años, es decir, la edad que tenía Akenatón en el momento de morir. Por otra parte, la madre de Tutankamón, cuyo nombre todavía no ha sido identificado, es, según el ADN, la conocida “Dama joven” enterrada en la tumba de Amenofis II (KV35) del mismo cementerio real de Luxor.
Pero ¿quién es en realidad la “Dama joven”? A sabiendas de que la madre de Tutankamón no puede ser la reina Nefertiti, esposa principal de Akenatón, que desapareció del panorama histórico tiempo antes de nacer el Faraón Niño, todos los egiptólogos están de acuerdo en presentar a Kiya, una esposa secundaria del Faraón Hereje, como la posible madre del rey.
Conexión con el resto de la familia
No en vano el ADN también traza una línea directa entre la momia que alberga la KV55 hasta el padre de Akenatón, Amenofis III. En efecto, este muestra que la madre de la momia de esta tumba es la “Dama anciana” procedente de la KV35. Y que esta es hija de Yuya y Tuya, descubiertos en su tumba inviolada del Valle de los Reyes a principios del siglo XX, por lo que se puede identificar de manera definitiva con la esposa de Amenofis III, la reina Tiyi.Asimismo, los análisis de ADN señalan que la “Dama joven” que descansa en la tumba KV35 es la madre de Tutankamón. El proyecto no está capacitado todavía para conocer su nombre, aunque los estudios también demuestran que esta reina fue hija de Amenofis III y de Tiyi.
Por lo tanto, la soberana era hermana de Akenatón. De esta manera, Tutankamón solamente tuvo dos abuelos, ya que sus padres eran hermanos. En lo que respecta a los dos fetos encontrados momificados y escondidos en una cámara de la tumba de Tutankamón, el estudio preliminar de ADN apoya la creencia de que fueron hijos del Faraón Niño. El mismo análisis sustenta que la momia conocida como KV21A, perteneciente a una mujer cuya identidad era anteriormente desconocida, podría ser con mucha probabilidad la madre de los fetos y, por lo tanto, la esposa de Tutankamón, la reina Ankesenamón.
¿Cómo murió Tutankamón?
Para saber qué causó la muerte del Faraón Niño el “Proyecto de la familia de Tutankhamón” ha estudiado con detenimiento los resultados de los escáneres para encontrar desórdenes hereditarios, tales como el síndrome de Marfan (alargamiento exagerado de los miembros), ginecomastia (presencia de pechos de mujer en un hombre) o craneosinostosis (la no fusión de los huesos del cráneo), que anteriormente se habían postulado basándose en representaciones del arte egipcio de algunos individuos de la familia de Akenatón.
Pero no se han hallado evidencias de ninguna de estas patologías, así que las convenciones artísticas seguidas en el período de Tell el-Amarna en la familia real se eligieron muy probablemente por razones religiosas y políticas. Sin embargo, el estudio ha abierto nuevas vías de investigación sobre las posibles causas de la muerte de este joven rey.
En este sentido se ha detectado la presencia de Plasmodium falciparum, el protozoo que causa la malaria.
Es posible que el Faraón Niño falleciera debido a las complicaciones resultantes de una manifestación severa de esta enfermedad.
Si se realiza un análisis del árbol genealógico del joven rey se detecta que tanto su padre (Akenatón), como su abuelo (Amenofis III) y su bisabuelo (Yuya) padecieron esta patología. Este hecho deja claro que, lejos de vivir una vida llena de lujos y bienestar, los antiguos faraones tenían una salud y unas condiciones de vida bastante precarias.
Estos datos, sumados a la herida en la rodilla izquierda que le pudo producir una infección severa, configuran un amplio cuadro de problemas médicos.
Así lo creen los expertos del proyecto, para quienes la muerte de Tutankamón se produjo muy posiblemente como resultado de la malaria, a lo que habría que añadir su débil constitución física. Por ello, el equipo especula con la posibilidad de que la endeble salud del faraón le hiciera caer en algún momento o que una caída agravara su ya frágil salud.
La cojera del faraón niño: cómo se produjo
El escáner de la momia de Tutankamón reveló que el rey tenía un pie zambo causado por una necrosis vascular en un hueso. Este hecho confirma algo que ya se sospechaba debido a una representación del faraón. Junto al tercer lecho funerario de la antecámara de la tumba del Faraón Niño se descubrió una pequeña capilla de madera cubierta con láminas de oro. En el lado derecho de esta se conserva un extraño relieve en el que se ve al soberano cazando en los pantanos.
El lugar está repleto de ánades que revolotean sobre marjales de papiros. La escena es normal, pero no lo es tanto que Tutankamón aparezca sentado en una silla de tijera tensando el arco. ¿Qué cazador que se precie dispara su arco sentado? Además, no hay que olvidar que muchos de los más de 130 bastones hallados en su sepultura tenían marcas de haber sido usados en vida.
No eran báculos rituales, sino simples cayados de apoyo para facilitar el equilibrio de una persona.Howard Carter, el descubridor de la tumba en 1922, ya señaló en su momento que seguramente el Faraón Niño padeció algún tipo de problema para caminar. Algo que se ha confirmado científicamente casi un siglo después.
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