14.11.11
Cómo estudiar una momia sin desenredarla
Noticia completa: www.elmundo.es/elmundosalud/2011/11/08/noticias/1320782178.html
Ángel Díaz- El Mundo
En 1850, Lord Londesborough imprimió una serie de invitaciones para una exclusiva reunión social que tendría lugar en su casa, en el 144 de la calle Piccadilly. "Una momia de Tebas será desenrollada a las dos y media", podía leerse en las cuartillas, describiendo lo que sin duda sería el plato fuerte de la fiesta.
Las momias, hoy valiosas reliquias arqueológicas, no han gozado de este estatus hasta muy recientemente. En el Medievo eran trituradas y se comercializaban en forma de polvos supuestamente medicinales, para sanar hematomas o aliviar el estómago. Ya en la segunda mitad del siglo XIX, Mark Twain describía satíricamente el uso de momias "de 3.000 años de antigüedad" como combustible para locomotoras.
En la actualidad no es fácil que un museo quiera desprenderse tan fácilmente de una de sus momias, pero las últimas técnicas médicas de imagen permiten desvelar algunos de los secretos que aún guardan los cadáveres embalsamados sin necesidad de destruirlos. Y lo bueno es que esta clase de tecnología no ha parado de mejorar, según acaban de constatar los encargados de estudiar la momia de un niño egipcio en la Universidad de Illinois (EEUU).
La arqueóloga Sarah Wisserman y un equipo multidisciplinar de investigadores, compuesto por egiptólogos, un patólogo, un radiólogo y un antropólogo físico, acaban de llevar a su momia al hospital por segunda vez. La primera fue en 1990 y, gracias a los escáneres médicos, averiguaron que el cadáver pertenecía a un niño de entre siete y nueve años -aún conserva dientes de leche- y que aún mantiene íntegros sus órganos internos.
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