http://paleorama.wordpress.com/2012/02/27/cientificos-espanoles-reconstruyen-los-cambios-climaticos-del-siglo-x-con-manuscritos-arabes
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Manuscritos escritos por eruditos árabes en la antigüedad pueden proporcionar una información valiosa sobre la meteorología para ayudar a los científicos en la actualidad para reconstruir el clima del pasado, según revela un nuevo estudio.
La investigación, publicada en Weather, analiza los escritos de los eruditos, historiadores y cronistas en Irak durante la Edad de Oro Islámica entre 816-1009 d.C. para probar la existencia de patrones climáticos anormales.
La reconstrucción de la climatología del pasado proporciona una ayuda para entender los fenómenos meteorológicos modernos y un contexto valioso para el cambio climático. Contamos con los árboles del mundo, los núcleos de hielo y el coral que proporcionan evidencia del clima pasado, pero no tenemos estudios científicos del pasado que corroboren esta información.
Hasta ahora los investigadores se han basado en registros oficiales que detallan los patrones del clima, como los informes de la fuerza aérea durante la 2 ª Guerra Mundial y los registros de los buques de siglo 18. Ahora, un equipo de científicos españoles de la Universidad de Extremadura han recurrido a fuentes documentales árabes de los siglos IX y X (3 º y 4 º en el calendario islámico).
“La información climática se recuperó de estas fuentes antiguas y se refiere principalmente a los fenómenos extremos que afectaron a la sociedad en general, tales como sequías e inundaciones”, dijo el autor principal Dr. Fernando Domínguez-Castro. “Sin embargo, también documentan las condiciones excepcionales en que se vivieron en la antigua Bagdad, como las tormentas de granizo, la congelación de los ríos o incluso casos de nieve.”
Bagdad era un centro comercial y científico en el mundo islámico antiguo. En 891 dC el geógrafo al-bereber Ya’qubi escribió que la ciudad no tenía rival en el mundo, con veranos calurosos e inviernos fríos.
Mientras Bagdad era un centro cultural y científico, muchos documentos antiguos se han perdido en una historia de invasiones y guerras civiles. Sin embargo, a partir de los trabajos de escritores, como al-Tabari (913 dC), Ibn al-Athir (1233 dC) y al-Suyuti (1505 dC) alguna información meteorológica se ha podido recastar.
Los manuscritos revelaron un aumento del frío en la primera mitad del siglo X. Esto incluyó una reducción significativa de las temperaturas de los meses de julio de 920 y tres registros diferentes de nevadas en 908, 944 y 1007.
En comparación, el único registro de nieve en la actualidad, en Bagdad fue en 2008, una experiencia única para la vida de los iraquíes. “Estas evidencias de frío repentino confirman el descenso de la temperatura durante el siglo X, inmediatamente antes del Período Cálido Medieval”, dijo Domínguez-Castro. “Creemos que la caída en julio de 920 dC pudo haber sido relacionado con una erupción volcánica grande, pero falta por confirmar esta idea.”
Para Domínguez-Castro. “La capacidad de reconstruir el clima del pasado nos proporciona un contexto útil para la comprensión histórica de nuestro propio clima. Esperamos que este potencial anime a los historiadores del mundo árabe y a los climatólogos para que trabajan juntos en aumentar los registros sobre el clima rescatados de todo el mundo islámico.”
http://www.sciencedaily.com/
28.2.12
En Historia NG nº 99 Jeroglíficos, los símbolos sagrados de Egipto
En cierto modo, los jeroglíficos ofrecen una representación pictórica completa del mundo en el que vivían los antiguos egipcios. En realidad, únicamente una pequeña parte de estos signos funcionaban como ideogramas; la mayoría se utilizaban por su valor fonético y no por lo que representaban visualmente. Por ejemplo, el término «casa», que en egipcio se pronunciaba per, se escribía mediante un ideograma que representaba la planta de una vivienda.
Este mismo símbolo servía para expresar un término que se pronunciaba igual, «salir»; para distinguirlo del anterior se acompañaba de dos piernas, que indicaban la idea de movimiento. De este modo se desarrolló una escritura fonética (es decir, una escritura que únicamente representaba sonidos), la cual evolucionó hacia un sistema de complicados trazos denominado hierático, trazos que casi no se parecen en nada a los signos jeroglíficos originales. Sin embargo, los jeroglíficos nunca desaparecieron. Se mantuvieron como un sistema de escritura de prestigio, utilizado para textos de tipo religioso que se inscribían en los muros de los templos y en la superficie de estatuas, estelas, sarcófagos y tumbas, así como en el ajuar funerario. De hecho, «jeroglífico» es un término griego que significa «letra sagrada tallada en piedra». Con ello, los jeroglíficos se convirtieron en un arte, una escritura ornamental que embellecía los monumentos y los objetos a los que se aplicaba.
Los jeroglíficos se relacionaban también con las creencias y los mitos más arraigados en la cultura egipcia. Cuando los antiguos egipcios observaban la naturaleza veían una serie de ciclos de vida, nacimiento, crecimiento, muerte y renacimiento, y es este fenómeno de cambio y de regeneración el que quisieron representar mediante el ideograma de un árbol u otros elementos de su medio geográfico.
El jeroglífico, a su vez, quedaba asociado con las divinidades que en la mitología egipcia encarnaban la fuerza regeneradora; tal fue el caso del Sol y del Nilo, encarnados en Re y en Hapy, dioses imprescindibles para la vida del hombre y que eran parte integrante de la realidad física del valle del Nilo.
Los jeroglíficos egipcios estaban a menudo coloreados, aunque no siempre han conservado su aspecto original. Cada color tenía un significado simbólico especial, aunque podía ser modificado ocasionalmente por motivos estéticos. El verde denotaba fertilidad, y el blanco, pureza. El amarillo evocaba el oro y el Sol, es decir, la incorruptibilidad (la carne de los dioses estaba hecha de oro), mientras que el negro aludía a la resurrección, a la oscuridad de la noche y al mundo subterráneo. El azul se vinculó al infinito, al cielo, al agua y al aire. El rojo tenía dos significados: por un lado era el color de la sangre y de la energía del Sol; por otro lado, se usó para representar conceptos peligrosos como el desierto o Set, que asesinó a su hermano Osiris, dios del Más Allá.
17.2.12
El País 27 feb. Los dos colosos de Memnon ya son tres
A los dos colosos de Memnon, uno de los iconos más emblemáticos y eternos del Egipto faraónico, que reciben al viajero a la entrada de la necrópolis de Luxor, en la orilla oeste del Nilo, les ha salido un hermano. Un tercer coloso se yergue desde esta semana cien metros por detrás de las dos famosas estatuas, consideradas epítome de las maravillas y misterios egipcios y admiradas ya por los primeros turistas griegos y romanos. Esta tercera estatua, también de cuarcita, formaba parte asimismo de la decoración monumental original del arrasado templo funerario de Amenofis III y cayó derrumbada, con su pareja (los colosos del edificio iban de dos en dos), durante un terremoto alrededor del 1.200 antes de Cristo.
La enorme escultura, el coloso norte de la segunda pareja, originalmente de 15 metros de altura, un poco más pequeña que sus dos famosos hermanos, de 18 metros y que también representa a Amenofis III (lo de Memnon es una atribución griega), quedó fragmentada en el suelo y con el tiempo fue semienterrada por agua y barro al subir el nivel freático. Se la redescubrió en 2002 y se la arrastró hasta terreno sólido donde se procedió a restaurarla mientras se consolidaba con cemento su pedestal. Después, se la ha llevado otra vez a su emplazamiento y se ha procedido a la delicadísima operación de volver a levantar semejante monstruo de piedra, proceso que culminó el lunes.
La recuperación del nuevo coloso la dirige desde 2004 un español, Miguel Ángel López Marcos (Soria, 1963), especialista en conservación de la piedra. En la actualidad se están añadiendo otros fragmentos a la estatua, como el pie derecho del rey y bloques de la base, de cara a la inauguración oficial de la misma, el 1 de marzo (al acto le seguirá un congreso científico en el que se explicará el proceso de recuperación).
“Lo más difícil ha sido levantarla”, explica telefónicamente desde Lúxor López Marcos. “Pesa 250 toneladas y estaba rota por cuarenta sitios”. Quedarán aún por recolocar pierna, pecho y cabeza, de entre 14 y 23 toneladas. En esta sensacional operación, que es como leer el poema de Shelley Ozymandias al revés —aquí el faraón resucita del olvido y restablece su abatido orgullo—, se incluye para el verano de 2013 recuperar también la pareja de esta estatua, el coloso sur, hallado en 2003 y que está siendo tratado por el equipo de conservación que trabaja en el monumento.
¿Tendrían voz estos colosos como es fama la tenía el coloso norte de la famosa pareja? Fue precisamente por esa voz, una especie de quejido, por lo que en la antigüedad los griegos identificaron las esculturas con Memnon, hijo de la Aurora y resucitado (tras morir en Troya) cuando los dedos de la diosa del alba lo acariciaban, a lo que él contestaba con un lamento. “El supuesto canto era en realidad un chirrido producido por una grieta en la cuarcita causada por el terremoto que tumbó a sus hermanos”, recuerda López. “La piedra sonaba al dilatarse por las diferencias tremendas de temperadtura que hay aquí del día a la noche, especialmente en verano, que pueden ser de cuarenta grados. Ese sonido, como un plañido, hizo que los primeros viajeros griegos lo asociaran a su mito del hijo de la Aurora. La grieta siguió ensanchándose y al final ya no chirriaba porque no había roce. En resumen, que no, que no creo que ningún otro coloso vaya a cantar”.
El templo funerario de Amenofis III, en la zona de la necrópolis tebana conocida como Kom el-Hetan fue el más grande de los construidos en la margen izquierda del Nilo y se especula con que su proximidad al río provocara que las crecidas inundaran ritualmente los patios y salas exteriores dejando solo la zona interior más sagrada por encima del nivel del agua. Apenas queda nada del edificio, que se alzaba tras los dos famosos colosos, situados a ambos lados del primer pilono de entrada al templo. El segundo pilono contaba con otra pareja y el tercero, que daba ya paso a la avenida procesional de entrada al patio solar, con otra más. Esta tercera pareja de colosos, en este caso de alabastro y más pequeños aún que la segunda (medían 11 metros), también ha sido encontrada y se proyecta igualmente volver a alzarlos.
Cuando los seis colosos originales vuelvan a erguirse, la fisonomía del lugar cambiará todavía más espectacularmente. “La existencia de seis colosos se sospechaba porque la iconografía en los templos egipcios es muy similar”, señala López Marcos.
El coloso norte de la segunda pareja, el que nos ocupa, cuenta como los dos famosos con las esculturas más pequeñas a sus pies de la madre del rey y de su esposa favorita, la gran reina Tiye. Las labores de restaurarlo y alzarlo de nuevo forman parte del Proyecto de Conservación de los Colosos de Memnon y el templo de Amenofis III, en el que trabaja un equipo egipcio-europeo desde 1998 y que dirige la armenia Hourig Sourouzian, con Rainer Stadelmann como co-director.
¿Le va a hacer sombra el nuevo coloso —y los que vengan— a los de Memnon, acostumbrados a llevarse la gloria solitos? “No creo”, responde López Marcos, “pero ahora es el tercer coloso de Memnón y eso hace que haya que replantear todas las guías y libros de historia”
Foto
Trabajos de levantamiento del tercer coloso en el recinto del templo funerario de Amenofis III en Luxor.
El País
15.2.12
Hoja de oro de Hetepheres
Detalle de una hoja de oro procedente del ajuar funerario de Hetepheres. Los jeroglíficos enumeran los nombres y títulos de su esposo, el rey Snofru
Encuentran momias de hace 4,000 años en Egipto.
Un equipo de arqueólogos de la Universidad de Jaén (UJA) encontró una veintena de momias y un sarcófago de madera en las excavaciones que desde hace un mes lleva al cabo en la necrópolis de Qubbet el-Hawa en Asuán (Egipto), un complejo funerario con cuatro milenios de historia.
Se trata de la cuarta campaña de excavación de este equipo de investigadores que dirige el profesor de Historia Antigua de la UJA Alejandro Jiménez Serrano, informa la universidad en una nota.
Las principales joyas de este hallazgo arqueológico son una gran tumba, construida por un gobernador provincial de la XII Dinastía (1830 a.C.), y un sarcófago de madera en el que fue enterrado un personaje de alto rango.
También se encontraron otras dos tumbas menores en el exterior del gran complejo funerario que este equipo excava desde 2008.
Puedes hacer una visita virtual por la excavación desde este enlace.
http://www.ujaen.es/investiga/qubbetelhawa/qhvt.php
http://paleorama.wordpress.com/2012/02/14/encuentran-momias-de-hace-4000-anos-en-egipto/
Se trata de la cuarta campaña de excavación de este equipo de investigadores que dirige el profesor de Historia Antigua de la UJA Alejandro Jiménez Serrano, informa la universidad en una nota.
Las principales joyas de este hallazgo arqueológico son una gran tumba, construida por un gobernador provincial de la XII Dinastía (1830 a.C.), y un sarcófago de madera en el que fue enterrado un personaje de alto rango.
También se encontraron otras dos tumbas menores en el exterior del gran complejo funerario que este equipo excava desde 2008.
Puedes hacer una visita virtual por la excavación desde este enlace.
http://www.ujaen.es/investiga/qubbetelhawa/qhvt.php
http://paleorama.wordpress.com/2012/02/14/encuentran-momias-de-hace-4000-anos-en-egipto/
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