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Hallan más de 2.000 carneros momificados en el templo del faraón Ramsés II
EFE NOTICIA ACTUALIZADA 26/3/2023
Hallan más de 2.000 carneros
momificados en el templo del faraón Ramsés II
@AncientEgypt22
Arqueólogos
estadounidenses descubren también un gran edificio de la sexta dinastía en
la zona del templo de este faraón.
Una misión arqueológica estadounidense ha descubierto más
de 2.000 carneros momificados de la era ptolemaica, además de un gran edificio
de la sexta dinastía en la zona del templo del faraón Ramsés II, en la antigua
ciudad de Abydos, según informa el Ministerio de Antigüedades egipcio.
"Este descubrimiento revela detalles importantes en la vida e historia del templo de Ramsés II, en Abydos y el área circundante, lo que contribuye enormemente a conocer el sitio del templo y la vida que albergó durante más de dos mil años", dijo el secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, Mustafa Waziri, según el comunicado del Ministerio.
La misión reveló una serie de animales momificados junto a las cabezas de los carneros, "incluidos un grupo de ovejas, perros, cabras salvajes, vacas, ciervos y mangostos", que se encontraron en una de las salas de almacenes recién descubiertas dentro de la región norte del templo.
Por su parte, el jefe de la misión, Sameh Iskandar, señaló
que este gran número de carneros momificados pudo utilizarse como ofrenda
votiva durante la práctica del culto, "sin precedentes en Abydos
durante el período de la era ptolemaica", además de indicar que la
reverencia hacia el faraón Ramsés II permaneció en Abydos durante mil años
después de su muerte.
En cuanto al enorme edificio descubierto, que se remonta a la era de la sexta dinastía de faraones, se caracteriza por "un diseño arquitectónico diferente y único" por sus gruesas y enormes paredes de unos cinco metros de ancho.
Iskander señaló que "este edificio contribuirá
fuertemente a la reconsideración de las actividades y la arquitectura del
estado antiguo en Abydos", así como sobre la naturaleza del lugar
y las actividades que se desarrollaron antes de la construcción del templo de
Ramsés II.
Además, el jefe de la
Administración Central para las Antigüedades del Alto Egipto del Consejo
Supremo de Antigüedades, Mohamed Abdel Badi, agregó que la misión
también reveló partes del muro norte de la pared que rodea el templo y sus
anexos.
Este descubrimiento
"cambia lo que se estableció sobre el diseño del templo del rey Ramsés II
y lo que se describió, pintó y circuló entre científicos e investigadores desde
que se reveló hace más de 150 años", cuando encontraron partes de
estatuas, papiros, restos de árboles viejos, ropa y zapatos de cuero.
La misión completará el trabajo de sus excavaciones in situ para revelar más sobre la historia de este lugar y estudiar y documentar lo encontrado durante la actual temporada de excavación, concluyó el Ministerio de Antigüedades egipcio.
26.3.23
24.3.23
De Maravillas del mundo
Pirámides de Egipto
Datos de las pirámides:
1 - Una piedra en la pirámide pesaba entre 2 y 15 toneladas.
2 - El número de piedras piramidales es de unos 3 millones.
3- El peso de la piedra de granito en el techo de la habitación del rey es de ¡70 toneladas! (Y nadie sabe cómo lo criaron los faraones, a pesar de su enorme tamaño).
4 - La altura de la pirámide es de 149,4 metros, y la distancia entre la tierra y el sol es de 149,4 millones de kilómetros (uno de los misteriosos secretos de los faraones)
5- El corredor de entrada de la pirámide apunta a la estrella, el Polo Norte. El vestíbulo interior indica la estrella de Sirio.
6 - Si pones un trozo de carne en la cámara piramidal, se secará de los líquidos pero no se pudrirá (el secreto es misterioso).
De Love Egipto
Love Egipto 🇪🇬
La tumba de Ramsés VI puede presumir de ser una de las mejores conservadas dentro del Valle de los Reyes.
Pese a haber sufrido alguna inundación, el estado de sus pinturas es bueno, y los frescos y la propia estructura del lugar no han sido seriamente dañadas.
No obstante, la calidad del trabajo de los constructores de tumbas no es tan buena como la de otros sepulcros, y su belleza está lejos de emular la alcanzada años atrás.
El programa decorativo es algo diferente al usado por los monarcas anteriores e incluye por primera vez el texto funerario del Imperio Nuevo más tardío en sus paredes: el Libro de la Tierra.
Además, se nota una particular preponderancia del dios Ra en contra del que más escenas suele acaparar en estas ocasiones, Osiris.
23.3.23
Yuya De egiptomania_enamorados de Egipto
DE YUYA
Al parecer, Yuya fue quizás hijo de Yei, un guerrero mitannio venido a Egipto, así como pariente de Mutemuia, la reina esposa de Thutmosis IV.
Gracias a la juventud del faraón y al poder que por aquel entonces ocupaba aún Mutemuia, la posición de Yuya fue creciendo cada vez más, y se convirtió en el noble más importante del país, junto con el sabio Amenhotep, hijo de Hapu. Gracias al matrimonio del faraón con la hija de Yuya, la joven Tiy, fue que este hombre acabó por consagrarse y ganarse la eternidad con los rimbombantes títulos que portó en vida: Padre Divino, Primero entre los Compañeros del Rey, Confidente del Rey, Amigo único, Profeta de Min, Gran Príncipe, y una infinidad más de títulos de carácter cortesano en su inmensa mayoría.
Pharaonic Civilization
22.3.23
Milagro de escultura
Esta cabeza es un milagro de la escultura en el antiguo Egipto
_ ¿Cómo puede este genio artista, con estas herramientas primitivas, tallar tal obra maestra en una piedra que se considera una de las piedras preciosas sólidas, que es una piedra (esquisto verde)
Es un tipo de piedra metamórfica que da el espectro de colores verde, gris y marrón juntos.
Tamaño de ojos, líneas faciales expresivas, detalles de orejas y boca, suavizado y pureza facial
Esta obra maestra fue descubierta en las exploraciones de Wadi Hammamet, cerca de la gobernación de Qena.
Data de hace más de 3.500 años.
Fue saqueado en el pasado y ahora se encuentra en la sala junto a la cabeza de la reina Nefertiti en el Museo de Berlín, Alemania.
Ya ves cuánto tiempo tomó el proceso de tallar esta cabeza única y qué dedos son los que nos trajeron tanta creatividad, no te sorprendas amigo, porque estas manos son las que construyeron las pirámides.
21.3.23
De Pharaonic civilization
Sejmet, cuyo nombre es "la fuerte", era una diosa guerrera y una diosa sanadora en la mitología del antiguo Egipto. Se le representaba como leonés y era conocido por ser el mejor cazador de los egipcios. Se decía que el aliento formó el desierto y actuó como protector de los faraones y los guiaba en tiempos de guerra. Sekhmet fue representada sosteniendo un disco solar en su cabeza rodeada de
Pharaonic Civilization
20.3.23
De Antiguo Egipto, historia, belleza y misterio
La misión hispano-egipcia dirigida por Myriam Seco descubrió en el año 2016 un ataúd intacto de 3000 años de antigüedad, perteneciente a Amón Renef, quien ostentaba el título de "Sirviente de la Casa Real".
El ataúd antropomorfo con su maravilloso cartonaje, decorado con los símbolos inmortales del Antiguo Egipto, entre ellos las diosas Isis y Neftis con las alas desplegadas.
La tumba ha sido excavada junto al muro exterior sur del templo de Millones de Años de Tutmosis III en Lúxor.
19.3.23
De Ancient Origins
El antiguo Egipto es conocido por sus muchos logros tecnológicos y artísticos, por la construcción de pirámides y templos, la invención de un sistema de escritura jeroglífico y por sus avances en medicina, astronomía y muchos otros campos.
El País Jacinto Antón: Dioses, tumbas y nazis
Dioses, tumbas y nazis: la mala relación del Tercer Reich con la egiptología
El antisemitismo y la obsesión del régimen hitleriano por el pasado de los pueblos arios supusieron un frenazo en Alemania al estudio de la antigua civilización faraónica, pese a lo que muestra ‘En busca del Arca perdida’
La imagen que muestra la película de Spielberg de tropas alemanas ataviadas como el Afrika Korps, metralletas Schmeisser y rifles en mano, vigilando el trabajo de cientos de obreros egipcios es un estupendo disparate egiptológico. El arqueólogo que codirige (civilmente) la excavación para los nazis es un francés, el archienemigo de Indy René Emile Belloq, puesto al servicio de Hitler. Es cierto que en esa época se excavaba en Tanis y que lo hacía un francés, pero no un mercenario sin escrúpulos como Belloq, sino un sabio abnegado y valiente, Pierre Montet (1885-1966), que había ganado la Croix de Guerre en la Primera Guerra Mundial. En 1939 Montet descubrió no el Arca perdida sino las tumbas de los reyes de las dinastías XXI y XXII, uno de los grandes hitos de la egiptología, comparable al descubrimiento en 1922 de la tumba de Tutankamón.
Pese a lo que cuenta la peli de Indiana Jones y a que la idea de Hitler de una excavación era sin duda de uniforme y tratando de apoderarse de algo (no muy diferente de invadir Polonia), los nazis tuvieron un interés muy menor por el Antiguo Egipto y la egiptología. De hecho, el principal interés que manifestaron por Egipto en general fue tratar de llevar los Panzer de Rommel hasta el Nilo y apropiarse del Canal de Suez. Y eso sólo porque vieron la oportunidad de desestabilizar al imperio británico en una zona que en realidad Hitler consideraba el espacio de los italianos, con un clima “debilitante” para la raza superior. Lo sintetizó diciendo: “Para nosotros la esfinge egipcia no tiene un interés particular” (Las conversaciones privadas de Hitler, Crítica, 2004).
La historia de la egiptología alemana en la época nazi estuvo marcada por el desprecio del régimen hacia lo meridional y africano y por el antisemitismo que llevó a que se marginase y expulsase de las universidades a los egiptólogos judíos. Antes de la llegada de Hitler al poder, Alemania estaba considerada un lugar importante de los estudios egiptológicos, y de hecho, celebridades como James Henry Breasted, que consiguió su licenciatura en la Universidad de Berlín (y, por cierto, fue una de las inspiraciones para el personaje de Indiana Jones), estudiaron en el país. El ministerio de Asuntos Exteriores financiaba el Instituto Arqueológico Alemán (con una sede en El Cairo), desde el que se desarrollaban importantes investigaciones. En el campo de la egiptología, recuerda Jason Thompson en Wonderful things, a history of egyptology (AUC Press, 2018), destacaban personalidades como el lingüista y epigrafista Kurt Sethe, Adolf Erman, que colaboró en desvelar la gramática de la escritura egipcia; Ludwig Borchardt, que había descubierto y llevado a Alemania el famoso busto de Nefertiti, o Heinrich Schäfer, con sus trabajos que abrieron nuevas perspectivas para comprender el arte egipcio. La llegada de los nazis que envenenó la disciplina como lo hizo con todos los ámbitos de la vida en Alemania, significó que historiadores afectos a sus ideas como Helmunt Berve, profesor de Historia Antigua en la Universidad de Leipzig, llegaran a cuestionar la existencia misma de la egiptología como área de estudio y animaran a concentrarse en el de “pueblos afines a nosotros en términos de raza y mentalidad”. Otros estudiosos proponían alinear la egiptología con los nuevos requerimientos de la ciencia nazi. Walther Wolf fue de los que aprovecharon los nuevos vientos para medrar y daba clases con el uniforme de las SA, de forma que no sabías si iba a hablarte del Tercer Periodo Intermedio o a cantarte el Tomorrow belongs to me.
Entre los egiptólogos que perdieron su puesto (a los que hay que sumar los que cayeron durante la guerra) figuran Herman Ranke, que había excavado con Borchardt y Herman Junker y enseñaba en Heidelberg, y Hans Wolfgang Müller, ambos a causa de tener esposas no arias. Paul Ernst Kahle fue expulsado en Bonn por contratar como asistente a un judío polaco. Hedwig Jenny Fechheimer-Simon, pionera en el estudio del arte egipcio y su influencia en la escultura moderna y miembro del comité de adquisiciones del Museo Egipcio de Berlín vio cómo le prohibían la entrada al centro por hebrea y, tras tratar de escapar de Alemania, se suicidó junto a su hermana en 1942. El mencionado Erman, la gran estrella de la egiptología alemana de la época, fue desprovisto de sus cargos y honores académicos por tener un abuelo judío. Otro gran estudioso, Georg Steindorff, fundador y director del Instituto Egiptológico de Leipzig escapó en 1939 a EE UU con lo puesto (que afortunadamente incluía su biblioteca especializada). Borchardt, como judío, observaba con horror el ascenso de los nazis, pero esos años vivía fuera de Alemania (murió en 1938 en París); su hermano Georg Hermann, escritor, fue asesinado en Auschwitz en 1943. En cuanto al gran Herman Junker, supo contemporizar e incluso se mostró partidario de la tesis de que las pirámides las habían construido en realidad antepasados de los alemanes.
No me resisto a señalar la relación de los nazis con La momia, la maravillosa película original de 1932. Su director Karl Freund, alemán de Bohemia radicado desde los 11 años en Berlín, desarrolló la primera parte de su carrera en Alemania (fue camarógrafo con Murnau, Lang y Lubitsch). Como judío tuvo la suerte de irse a trabajar a EE UU en 1929 pero su exmujer, Susette Liepmannssohn, y su hija, Gerda, se quedaron. La joven (véase el estupendo libro del 90 aniversario de La momia, Notorious, 2023) se involucró en actividades antinazis y el padre fue a rescatarla en 1937 y consiguió llevársela con él. En cambio, Susettte se quedó y fue deportada a Ravensbrück, donde murió en 1942. También la protagonista de La momia, la inolvidable Zita Johan, era, aunque rumana, de raíces alemanas (de los suabos del Banato) y desde jovencita estaba obsesionada con los libros del médium, ocultista y vidente estadounidense Edgar Cayce —que sostenía que bajo las garras de la Esfinge de Gizah se halla un “archivo de los secretos” que guarda conocimientos esotéricos—, lo que sin duda le ayudó a la actriz a crear su papel de la reencarnada Anck-es-en-Amon, objeto de los amores de Im-Ho-Tep (Boris Karloff).
Hitler, como queda dicho, estaba poco interesado en la historia del Antiguo Egipto y no era tampoco muy dado a las historias sobrenaturales, de misterios y momias que popularmente se asocian con la civilización faraónica. Los nazis más proclives a eso eran por naturaleza Himmler y Rudolph Hess (que además había nacido en Alejandría y al que en el partido llamaban “el yogui de Egipto”, por el yoga no por el oso). Interesados ambos, Himmler y Hess, en el esoterismo, el ocultismo y la parapsicología, al segundo es fácil imaginarlo vestido de sacerdote judío de mentirijillas como Belloq pero con las cejas sobresaliendo del Mitznéfet, la mitra, en la escena final de apertura del Arca, y al primero derritiéndose como Gestapo Toht por buscar lo que no debía. En todo caso, a Himmler le interesaban otras cosas no menos disparatadas como el Grial, la lanza de Longinos o el martillo de Thor pero que no se situaban en Egipto.
Arqueológicamente, los nazis preferían mirar al norte (Carelia, el Bohuslán sueco, Hedeby) y hacia las supuestas antiguas tierras de origen de los arios que les obsesionaban, como el Tíbet, adonde Himmler envió la famosa expedición capitaneada por Ernst Schäfer. La Ahnenerbe (Herencia Ancestral) de las SS y la Amt Rosenberg practicaron arqueología à la nazi, es decir con finalidades ideológicas y propagandísticas y que en general eran puro desatino. El Antiguo Egipto era un campo que no les atraía a los nazis. Algunas ideas de esa civilización, como el poder del faraón, la preminencia militar o la centralidad del Estado les podían interesar, pero en general los antiguos egipcios eran definitivamente un pueblo no ario y con creencias, aunque anteriores al detestado judeocristianismo, demasiado abigarradas para la mentalidad nacionalsocialista.
A Akenatón, por ejemplo, egiptólogos pro-nazis como Wolf y Herman Kees, lo denostaron por poseer rasgos contrarios a la idea de la raza superior. Akenatón, sin embargo, como explica Dominic Montserrat en el apasionante Akhenatón, historia, fantasía y el Antiguo Egipto (Dilema 2022), sufrió también un intento de apropiación por parte de algunos sectores antisemitas y neopaganos que incluso trataron de verle un componente ario, estimulados por la imagen occidentalizada del faraón que construyeron egiptólogos fascinados con el personaje como James Henry Breasted y Arthur Weigall. Gustaba el ingrediente de pureza de su culto al sol y la relación que establecía como líder espiritual de su pueblo.
De hecho, lo contempló como prefiguración del Führer la devota de Hitler, simpatizante nazi, teósofa y espía Savitri Devi (1905-1982, en realidad francesa de orígenes griegos). Pero el propio Hitler difícilmente se identificaría a sí mismo con un personaje como el faraón de Amarna, que le interesaba tanto a Freud y cuya interpretación fue tan significativa para la historia del psicoanálisis. Por no hablar del aspecto grotesco de sus representaciones. Adolf Hitler era más del emperador Barbarroja Hohenstaufen y de Federico el Grande. Sin embargo, el líder nazi fue un inesperado defensor del busto de Nefertiti. Cuando Goering y otros mandatarios del Reich se mostraron partidarios de devolver la escultura a Egipto para favorecer las relaciones, Hitler salió al paso declarando tajantemente que “lo que el pueblo alemán tiene lo conserva” (por suerte Indy le birló el Arca). Dijo que había contemplado el busto muchas veces y que siempre le maravillaba, y que uno de sus sueños era instalar a Nefertiti en un nuevo museo egipcio en Berlín con una sala bajo una gran bóveda sólo para ella. Es curioso pensar que le gustaría cómo se encuentra ahora.
Hitler no estuvo nunca en Egipto, pero sí Joseph Goebbels, que hizo un sonado viaje relámpago al país del Nilo en 1939, cinco meses antes de declararse la Segunda Guerra Mundial. El ministro de Propaganda llegó al aeropuerto de El Cairo el 6 de abril a bordo de un Focke-Wulf Cóndor procedente de Rodas donde estaba de vacaciones. La visita, etiquetada como privada, provocó el entusiasmo de la colonia alemana y puso bastante nerviosos a los británicos, y no digamos a los judíos que vivían en Egipto. Goebbels se alojó en el Mena House, ofreció una recepción en la Casa Alemana en Boulak y una comida en la delegación de su país y, para lo que nos importa, visitó las pirámides de Giza, la necrópolis de Saqqara y el Museo Egipcio —aparte de recorrer, como todo turista, los mercados de Khan al-Khalili, donde compró varias cosas para su mujer Magda (seguramente para hacerse perdonar tantas aventuras con actrices)—.
Un último detalle curioso: uno de los personajes que se enfrentaron a Hitler y del que se dice que era una verdadera bestia negra para el líder nazi fue un egiptólogo, el británico John Pendlebury, que había sido director de las excavaciones en Amarna y luego fue nombrado vicecónsul en Creta como cobertura de su trabajo en la inteligencia militar para enfrentar la invasión nazi de la isla, durante la que fue fusilado por los paracaidistas alemanes.
Ah, y no sería justo, aunque no fuera egiptólogo ni estrictamente nazi, olvidarse del conde Almásy. El personaje real que inspiró El paciente inglés, el explorador húngaro Lászlo Almásy, realizó operaciones especiales para el ejército alemán en el desierto durante la Segunda Guerra Mundial, llevó dos espías tras la líneas enemigas y nunca dejó de buscar bajo las arenas egipcias, en parte con gasolina de Rommel, el ejército perdido del rey persa Cambises.
De La voz de Egipto: Las trompetas de Tutankamón
La trompeta ‘maldita’ de Tutankamón que ‘despierta guerras’ cuando suena:
18.3.23
De Antiguo Egipto, historia, belleza y misterio
REPRESENTACIÓN DE SETI I
CUANDO ERA NIÑO JUNTO LA DIOSA ISIS
Este relieve muestra a Isis acariciando al faraón Seti I cuando era niño. Ella le dice:
"Eres mi hijo, has salido de mí, te he amamantado, para ser Gobernante de las Dos Tierras". Sentado en el regazo de Isis, Seti ha asumido el papel de Horus, el hijo de Isis.
Este relieve fue tallado en Abydos. El templo erigido en honor de Seti I (edificio al que el historiador griego Estrabón se refirió como Memnonium), construido en piedra caliza.
De Love Egypt Meritamon
Meritamon
Meritamón fue una reina consorte egipcia de la dinastía XIX, vivió durante los años 1280 a 1220 a. C., aproximadamente.
Se cree que era la cuarta de las hijas de Ramsés II y la primera de las nacidas de su favorita, la bella reina Nefertari.
No se la debe confundir con otras Reinas o princesas que portaron su mismo nombre, como es el caso de Ahmose-Meritamón (hija de Amosis I), Meritamón (hija de Tutmosis III), o Meritatón (primogénita de Akenatón y de Nefertiti).
17.3.23
De Pharaonic Civilization
"Señora del cielo", la diosa serpiente, simbolizaba el calor ardiente del Sol, y la llama del fuego.
Más adelante el "Ojo de Ra". Simbolizaba la fuerza del crecimiento, la fertilidad del suelo y de las aguas.
Era la diosa protectora del Bajo Egipto y del faraón en la mitología egipcia.
Se representaba con la cobra, presente en la corona del Bajo Egipto.
Mitología
Hija de Anubis y esposa de Hapi-Meht. Amamantó a Horus niño, hijo de Isis, y lo protegió de Seth.
Diosa protectora del faraón y del Bajo Egipto. Era parte del título real: "Las Dos Señoras" (Nombre de Nebty) que simbolizaba el reinado sobre las "Dos Tierras", el Bajo y Alto Egipto
Egipto, Alto Egipto, Tebas
2do Período Intermedio, Dinastía 17.
1640 a C. –1600 a C.
Pharaonic Civilization
Tutmosis III de La voz de Egipto
Tutmosis III, 1450 A.C, el gran estratega militar del mundo antiguo. El mapa demuestra hasta dónde llegó Egipto durante su reinado.
16.3.23
De la voz de Egipto: Rey Kefren
Esta imponente y increíble escultura del rey kefren es un milagro; su material es diorita, la más dura que hay en Egipto, es más, data a la época del bronce. Cortarla y pulirla con esta perfección es todo un misterio
El Faraón Seti ante Thoth. De Pharaonic Civilization
Una escena que representa al faraón Seti I ante Thoth. Una de las muchas escenas espectaculares dentro de KV17, la asombrosa tumba de Seti I.
Anubis de Pharaonic Civilization
Anubis se reclina sobre un santuario, con una faja atada al cuello y un mayal dorado sostenido por su pata trasera. Debajo se puede ver a la diosa Neftis. Tumba de Nefertari, QV66, Valle de las Reinas
Pharaonic Civilization
De Pharaonic Civilización
🔘La máscara dorada de Tutankamón🔘
⚫La máscara de Tutankamón es una máscara de oro del antiguo faraón egipcio Tutankamón de la dinastía XVIII (que reinó en el siglo XIV a. C.).
⚫Fue descubierto en la tumba KV62 en el Valle de los Reyes y ahora se encuentra en el Museo Egipcio de El Cairo.
⚫La máscara es una de las obras de arte más conocidas del mundo y un símbolo destacado del antiguo Egipto.
⚫La máscara dorada mide 54 centímetros (1,8 pies) de altura y pesa más de 10 kilogramos (22 libras).
⚫Los ojos son de obsidiana y cuarzo y las cejas y los párpados tienen incrustaciones de lapislázuli.
⚫El amplio collar con incrustaciones de piedras semipreciosas y cristales de colores termina en cabezas de halcón.
⚫Un hechizo antiguo del Libro de los Muertos está inscrito en jeroglíficos en los hombros de la máscara.
⚫Desde 2001, algunos egiptólogos han sugerido que originalmente pudo haber estado destinado a la reina Neferneferuaten, quien pudo haber gobernado el país antes que Tutankamon
Valle de las Reinas
Valle de las Reinas. El príncipe aparece después de su padre, Ramsés III, quien está encabezado por Hathor y un mechón de cabello al costado, que simboliza la juventud. El Rey viste un elaborado vestido con un patrón de plumas y largas crestas. Nuevo Reino, Ramesside original ca. 1184 - 1153 aC Museo Metropolitano de Art
15.3.23
De antiguo Egipto belleza y misterio
Con la etiqueta "Año 40 de Ramsés II", proporciona un registro de trabajadores durante 280 días del año. Este ostracon egipcio de 3.270 años está inscrito con un registro de asistencia, junto con las razones por las que los trabajadores no acudieron a sus turnos.
Una lista de 40 nombres está organizada en columnas en el borde derecho de cada lado, seguida a la izquierda por fechas escritas en negro en una línea horizontal. Si miras de cerca, puedes ver palabras o frases en rojo por encima de muchas de las fechas, indicando por qué un individuo estuvo ausente del trabajo. Las razones incluyen:
🍺 Preparando cerveza
🦂 El escorpión lo mordió
👁 Sufriendo con el ojo
✏ Buscando piedra para el escribano
🚪 Fortaleciendo la puerta
Fuente: Museo Britanico de Londres.